Una desaparición más que preocupante
La desaparición en extrañas circunstancias del refugiado político Jon Anza es motivo de preocupación no sólo para sus allegados y compañeros, sino para todo aquel que tenga un mínimo de perspectiva histórica. Es cierto que es relativamente normal que a diario desaparezcan personas en circunstancias extrañas. Pero éste no es un país normal. No al menos en ese sentido. La experiencia muestra que las desapariciones de militantes abertzales suelen conllevar otro tipo de amenazas, asociadas a la actividad parapolicial. Ipar Euskal Herria tiene, además, un trágico registro en este sentido. Por eso, todas las hipótesis deben permanecer abiertas.
Durante los últimos meses se ha constatado una fuerte actividad de policías y militares españoles de paisano en esos territorios vascos, lo que supone otro elemento que acrecienta la preocupación. Hace tan sólo unos meses el vecino de Domintxaine Juan Mari Mujika denunció un secuestro con interrogatorios y propuesta de colaboración incluidos. Es significativo asimismo que quienes han denunciado la desaparición hayan lanzado la pregunta «non da Jon?», grito de aquéllos que durante veinticinco largos años han exigido información sobre el paradero de Popo Larre. Por todo ello se debe abrir cuanto antes una investigación seria y transparente sobre el paradero de Jon Anza.
La desaparición en extrañas circunstancias del refugiado político Jon Anza es motivo de preocupación no sólo para sus allegados y compañeros, sino para todo aquel que tenga un mínimo de perspectiva histórica. Es cierto que es relativamente normal que a diario desaparezcan personas en circunstancias extrañas. Pero éste no es un país normal. No al menos en ese sentido. La experiencia muestra que las desapariciones de militantes abertzales suelen conllevar otro tipo de amenazas, asociadas a la actividad parapolicial. Ipar Euskal Herria tiene, además, un trágico registro en este sentido. Por eso, todas las hipótesis deben permanecer abiertas.
Durante los últimos meses se ha constatado una fuerte actividad de policías y militares españoles de paisano en esos territorios vascos, lo que supone otro elemento que acrecienta la preocupación. Hace tan sólo unos meses el vecino de Domintxaine Juan Mari Mujika denunció un secuestro con interrogatorios y propuesta de colaboración incluidos. Es significativo asimismo que quienes han denunciado la desaparición hayan lanzado la pregunta «non da Jon?», grito de aquéllos que durante veinticinco largos años han exigido información sobre el paradero de Popo Larre. Por todo ello se debe abrir cuanto antes una investigación seria y transparente sobre el paradero de Jon Anza.
Ayer se cumplió un mes de la desaparición, en la estación de Baiona, del refugiado y ex preso político vasco Jon Anza. Los interrogantes alrededor de este caso son tantos como la falta de respuestas satisfactorias, pero resulta difícil sustraerse al repaso de la historia de la represión contra los refugiados políticos vascos. La pregunta es obligada:
La Fiscalía de Baiona ha ordenado investigar los hechosEl pasado lunes, la Fiscalía del Tribunal de Baiona ordenó a la Policía Judicial poner en marcha el procedimiento habitual para investigar la desaparición del refugiado vasco Jon Anza. La fiscal no ha avanzado ninguna hipótesis sobre el caso, pero ha manifestado que se lo han tomado «muy en serio». El movimiento pro-amnistía ha organizado brigadas el sábado que realizarán el recorrido Baiona-Toulouse.
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