Euskal Herria es una nación negada pero en permanente pulso por su construcción. Apoyada en unas bases objetivas que le dan identidad propia (lengua, cultura, proceso histórico, lucha de resistencia...) se ha desarrollado una fuerte oposición a la asimilación forzosa de la hegemonía española y francesa y, una voluntad de constituirse políticamente como nación. Esta conciencia y reivindicación nacional ha tenido formulaciones políticas diferentes en función de cada contexto histórico.Hoy, en un mundo globalizado económicamente y en permanentes recomposición por el ansia de reconocimiento y justicia de decenas de pueblos, la referencia independentista se sitúa para Euskal Herria como alternativa desde un primario reconocimiento nacional y respeto a la voluntad popular como cimientos básicos para que la sociedad, desde su pluralidad, determine el modelo de relaciones con ambos Estados y órganos supranacionales. En defensa de esa posición independentista quiero situar los principios que dan cuerpo a ese planteamiento.
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