Ondarroa homenajeó el pasado fin de semana la trayectoria de sacrificio del refugiado José Antonio Otxoantesana Okana, que partió de la villa marinera vizcaina al exilio en 1979 y cuyas cenizas se mezclaron con el mar que tanto añoraba en México, donde falleció el 27 de junio. Un acto político en la Alameda ondarrutarra sirvió para recordar su trayectoria vital de compromiso con Euskal Herria y la persecución que él y otros han sufrido y sufren, citando expresamente el caso de Jon Anza.
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