martes, 28 de octubre de 2008

+ detenciones en Nafarroa


La Policía española ha detenido esta madrugada a cuatro personas en Iruñea, Añorbe y Valencia a las que relaciona con ETA. Se trata de Xabier Rey, Aurken Sola, Araitz Amatriain y Sergio Boada. La Policía ha registrado siete viviendas y locales en los que asegura haber hallado material para fabricar explosivos. Uno de los arrestados, Aurken Sola, ha sido visto esta mañana en el hospital antes de que fuera conducido al domicilio familiar en Alde Zaharra de Iruñea.
El Movimiento Pro Amnistía ha señalado que los y las detenidas sufren riesgo de ser torturados, y ha recordado los últimos testimonios de tortura. La policía sigue registrando las viviendas de los detenidos.
Operación policial en Nafarroa:
Hoy por la madrugada la policia española ha realizado un operativo en Nafarroa y Valencia donde a detenido a 4 ciudadanos vascos.
Segun el MPA Araitz Amatriain ha sido detenida en Valencia, mientras que Xabier Rey, su pareja ha sido detenido en el casco viejo de Iruñea, en San Nicolás. La policiía ha registrado la vivienda que ambos comparten en el casco viejo, para posteriormente registrar la vivienda de la familia de Xabier. Ambos jóvenes son de Donibane. En Añorbe ha sido detenido Sergio Boado y ha registrado su vivienda. El cuarto detenido es Aurken Sola y la policía ha registrado la viviendade su familia en al casco viejo.
Denuncia del MPA:
Advetimos de que las personas detenidas corren serio riesgo de ser salvajemente torturadas, ya que están incomunicadas en manos de la policía española. Queremos recordar los testimonios de los detenidos hace escasas semanas por este mismo cuerpo en Nafarroa.
El Gobierno Español utiliza la tortura para extraer información política a los y las detenidas, conseguir autoinculapaciones y extender el miedo. El gobierno español tiene tomada la decisión política de seguir utilizando la tortura.
Han situado a Nafarroa en el epicentro del estado de excepción, donde han convertido en el pan de cada día la persecución policial, las detenciones, las prohibiciones, las torturas, las cargas e incursiones policiales en pueblos y barrios.
Desde el MPA llamamos ha hacer frente a la represión, llamando a los y las ciudadanas ha participar en las movilizaciones que se convocarán en los próximos días.

Para las 10:00, sólo unos pocos paseantes despistados desconocen por qué la Policía española tiene tomada la esquina de Jarauta y Eslava. Y es que las imágenes de Aurken Sola o Xabier Rey y las acusaciones policiales copan todos los informativos. Lo que nadie cita es que Sola ha pasado ya por el hospital. Su aita y varios vecinos exigen a gritos que se cuente la verdad. Toda la verdad.
«¡A ver si contáis también que lo han traído aquí desde el hospital! ¡Y que su madre y yo llevamos ocho horas retenidos!». Se lo grita el padre de Aurken Sola a las cámaras que lo enfocan, desde la ventana del segundo piso de la calle Eslava. La Policía española acaba de marcharse de allí hace unos segundos. Exige que no le graben, pero que le hagan caso.
Una vecina añade más: «¿Ya dijistéis que a Aurken le absolvieron? ¿A que no?». Les reprocha que Sola pasó dos años en prisión junto a otros tres jóvenes, acusado nada menos que de la muerte de un concejal de UPN en Leitza a manos de ETA. Les llamaron «comando Urbasa» y durante dos años fueron muy pocos quienes se hicieron eco de su constante denuncia de que no tenían nada que ver con aquello. A los dos años, la Audiencia Nacional española les exculpó de ello y desplazó la acusación a otros dos detenidos en el Estado francés. Pero ayer, erre que erre, muchos medios volvieron a sacar de los archivos la etiqueta de ese fantasmagórico «comando Urbasa».
Aquella falsa acusación se sustentó en autoinculpaciones provocadas en los calabozos. Así que ayer no podía extrañar la alarma en los rostros de los amigos y familiares de Sola. Y más aún cuando a la calle Eslava llegó la noticia de que Aurken ya había pasado por el hospital. El hecho fue descubierto, de modo totalmente casual, por amigos de la familia que se cruzaron con él en los pasillos del centro médico. La Policía impidió de un empujón que lo saludaran y preguntaran como está, aunque aparentemente su estado era bueno, dentro de las circunstancias.

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